A lo largo de la historia, las recomendaciones sobre el ejercicio físico durante el embarazo han evolucionado mucho. No hace tantas década se aconsejaba guardar reposo absoluto a la mujer embarazadas. Hoy en día, el reposo absoluto (pese a estar bastante normalizado) es un contraindicación para la salud materno fetal.
Antiguamente, debido en gran parte a creencias culturales y sociales más que a la ciencia, se aconsejaba a las mujeres embarazadas guardar reposo absoluto. Puesto que se creía que el ejercicio era demasiado estresante para el cuerpo de las mujeres.
A principios del siglo XX, se empezaron a publicar las primera investigaciones sobre la actividad física materna que continúan hasta la actualidad. A día de hoy, las numerosas investigaciones y la comunidad científica respaldan los beneficios de la misma para:
- Prevenir un exceso de peso materno y un exceso de peso del niño/a (menor prevalencia a desarrollar enfermedades asociadas con la obesidad en la niñez, pubertad y edad adulta).
- Reducir el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, preeclampsia, dolor lumbar o pélvico, incontinencia urinaria.
- Tener mejor escenario para la recuperación tras el parto. Incluso hay estudios que avalan menos prevalencia de partos por cesárea, intrumentalizados o prematuros.
ACTUALMENTE
El mensaje es claro: El embarazo no es una enfermedad y siempre que no haya contraindicaciones médicas ni obstétricas el reposo no es una opción, ya que tiene riesgos para la salud materno-fetal. Para una mujer con un embarazo sin contraindicaciones por parte del personal sanitario, es más que aconsejable que haga ejercicio físico. Pudiendo realizar este hasta el final del embarazo -de la mano de profesionales cualificados- para mejorar y respaldar una buena salud materno fetal.
Cuidándote, cuidas a tu bebé ¡Bienvenida al club de las mamás deportistas!